Cometer delitos en 140 caracteres: el Derecho penal ante el odio y la radicalización en Internet
Mostrar
alegría por la muerte de un personaje público; desear el fallecimiento
de alguien, o el peor de los destinos, por sus ideas, por sus gustos;
amenazar, más o menos veladamente, a una persona, con un mal más o menos
concreto; defender diferentes formas de violencia por razón de etnia,
religión o género; incitar a realizar actos violentos o injustos contra
otros; mostrar imágenes desagradables, ofensivas y violentas y burlarse
de quienes son humillados en ellas; transmitir ideas extremistas y
defender ideologías intolerantes. Ninguna de estas conductas es
originaria ni exclusiva de las redes sociales, pero así lo parece, dada
su proliferación en alguna de ellas, la exagerada alarma social que han
generado y el número de resoluciones judiciales que las han enjuiciado
en los últimos años. La presente obra colectiva analiza la respuesta del
Derecho penal a las expresiones modernas de odio y a los mensajes de
radicalización en Internet, a partir de la constatación de que los
márgenes punitivos pueden estar creciendo en la práctica mientras
disminuyen los de la libertad de expresión. Pese a la referencia a los
140 caracteres, no se centra exclusivamente en Twitter. Tampoco las
reflexiones de los penalistas, constitucionalistas y filósofos del
Derecho que integran este libro son únicamente válidas para el odio y la
radicalización comunicados a través de Internet, sino para cualesquiera
otros modos de comunicación de tales mensajes. Sí se presta, sin
embargo, una especial atención a este medio de expresión y comunicación
universal, debido a que es la supuesta capacidad de Internet para
transmitir ideas radicales y de odio y configurar una sociedad más
intolerante y violenta la que ha determinado la creciente preocupación
social por el fenómeno y las reformas legislativas y decisiones
judiciales que, con espíritu crítico, son analizadas aquí.